Valoramos profundamente los saberes ancestrales, las cosmovisiones y prácticas culturales de las comunidades locales, reconociéndolos como pilares fundamentales para la conservación. Promovemos un diálogo de saberes respetuoso y horizontal que enriquezca nuestras acciones y fortalezca los lazos con los territorios.

Nuestra labor se basa en el reconocimiento del valor intrínseco de todas las formas de vida. Actuamos con responsabilidad ética para proteger la biodiversidad —especies, ecosistemas y procesos ecológicos—, entendiendo que la vida humana y no humana están interconectadas.

Fomentamos una cultura organizacional basada en la coherencia entre lo que decimos y hacemos. Promovemos la rendición de cuentas, el acceso a la información y la construcción de relaciones de confianza con nuestros aliados, comunidades y sociedad en general.

Creemos en el poder del trabajo colectivo. Fomentamos la participación activa de las comunidades, instituciones y otros actores, reconociendo la corresponsabilidad en la gestión de los territorios y los procesos de conservación.

Abordamos los desafíos de conservación desde la integración de múltiples perspectivas: científicas, sociales, educativas, culturales y comunitarias. Promovemos la construcción de un conocimiento colectivo, aplicado y contextualizado que enriquezca nuestras estrategias.

Reconocemos que muchas de las amenazas a la biodiversidad están ligadas a desigualdades sociales e históricas. Por ello, trabajamos por procesos que promuevan la equidad, enfrenten las injusticias estructurales y garanticen el acceso justo a los beneficios de la conservación.

Impulsamos soluciones creativas, pertinentes y sostenibles que nacen del diálogo entre ciencia, saberes locales y la experiencia práctica de las comunidades. Valoramos la innovación como un proceso colectivo, situado y transformador.

Nos comprometemos con la construcción de entornos inclusivos y equitativos, donde todas las personas —sin distinción de género, origen étnico, edad u otras condiciones— tengan las mismas oportunidades de participación, liderazgo y bienestar.

Fomentamos un ambiente laboral basado en el respeto, la calidez humana y el cuidado mutuo. Creemos que el bienestar emocional, físico y colectivo de nuestro equipo y aliados es clave para la sostenibilidad de nuestra misión.

Promovemos relaciones basadas en la escucha activa, el entendimiento mutuo y el respeto a la diversidad. Creemos en la reciprocidad como principio fundamental para fortalecer la confianza y la cooperación entre actores diversos.

Nuestras acciones se guían por principios de no maleficencia, beneficencia, autonomía y justicia. Nos comprometemos a actuar con responsabilidad ética frente a los seres vivos, las personas y los territorios con los que trabajamos.

Reconocemos y visibilizamos de forma justa las contribuciones, logros y liderazgos de todas las personas de la Fundación, garantizando crédito y autoría de manera ética y transparente, promoviendo un ambiente donde el mérito y la trayectoria se valoren como parte del bienestar colectivo y la justicia interna.